Diabetes gestacional: guía práctica

Diabetes gestacional: guía práctica para cuidarte y proteger a tu bebé

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Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios hormonales y metabólicos que, en algunos casos, pueden alterar los niveles de glucosa en sangre. Esta alteración, conocida como diabetes gestacional, es una de las complicaciones más frecuentes en la gestación, pero con diagnóstico y tratamiento adecuados puede controlarse eficazmente.

A lo largo de este artículo, te explicamos qué es la diabetes gestacional, cuáles son sus causas y síntomas, cómo se realiza la prueba de glucemia en el embarazo y qué tipo de dieta y hábitos te ayudarán a mantener un embarazo saludable.

¿Qué es la diabetes gestacional?

La diabetes gestacional es una alteración del metabolismo de la glucosa que se desarrolla por primera vez durante el embarazo. Ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera eficiente, lo que provoca niveles elevados de azúcar en sangre.

Este tipo de diabetes suele diagnosticarse entre las semanas 24 y 28 de gestación y, en la mayoría de los casos, desaparece tras el parto. Sin embargo, durante el embarazo requiere un seguimiento médico constante para evitar complicaciones tanto en la madre como en el bebé.

En mujeres de 35 años o más, el cribado debe realizarse también durante el primer trimestre de gestación, ya que existe un riesgo mayor a desarrollar diabetes gestacional. 

Diabetes gestacional: causas y factores de riesgo 

Durante el embarazo, el cuerpo produce una gran cantidad de hormonas que ayudan al crecimiento y desarrollo del bebé. Algunas de estas hormonas, producidas por la placenta, pueden reducir la eficacia de la insulina, la sustancia que regula el nivel de azúcar en sangre. 

Cuando esta resistencia a la insulina aumenta demasiado, el páncreas de la madre debe trabajar más para generar insulina adicional. Si no consigue producir la cantidad suficiente, los niveles de glucosa se elevan y aparece la diabetes gestacional.

Esta alteración, por lo tanto, se debe a una respuesta natural del organismo frente a las demandas del embarazo. Sin embargo, ciertos factores pueden incrementar la probabilidad de desarrollarla.

Entre los principales factores de riesgo se encuentran:

  • Antecedentes familiares de diabetes tipo 2, especialmente en padres o hermano.
  • Edad materna superior a los 35 años, que aumenta la resistencia a la insulina.
  • Haber dado a luz previamente un bebé con peso mayor a 4 kg o tenido un embarazo con diabetes gestacional.
  • Sobrepeso u obesidad antes de la gestación, lo que favorece la alteración metabólica.
  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP), que suele asociarse a resistencia a la insulina.
  • Embarazos múltiples (gemelos o trillizos), debido a la mayor producción hormonal.

Conocer estos factores es fundamental para adoptar medidas preventivas y garantizar un seguimiento adecuado durante todo el embarazo.

En Clínica Espinosa, contamos con un equipo de expertos en obstetricia que ofrece un control personalizado en cada embarazo. Si existen factores de riesgo o sospechas de diabetes gestacional,  agenda una cita con nuestros especialistas, quienes te guiarán paso a paso para mantener tus niveles de glucosa controlados y asegurar el bienestar de tu bebé.

Diabetes gestacional: síntomas más comunes

La diabetes gestacional suele pasar inadvertida, ya que muchas veces no presenta síntomas claros. Sin embargo, algunas mujeres pueden notar signos como:

  • Sed excesiva y necesidad frecuente de orinar.
  • Cansancio o sensación de fatiga constante.
  • Visión borrosa o alteraciones visuales.
  • Náuseas o pérdida de peso sin causa aparente.

Dado que estos síntomas son muy similares a los del embarazo normal, el diagnóstico sólo puede confirmarse mediante una prueba de glucosa específica.

Prueba de glucemia en el embarazo: el test de O’Sullivan

El diagnóstico de la diabetes gestacional se realiza a través de la prueba de glucemia en el embarazo, también conocida como test de O’Sullivan. Es una prueba sencilla, rápida y segura que permite detectar alteraciones en los niveles de azúcar.

La prueba se realiza generalmente entre las semanas 24 y 28 de gestación, y consiste en los siguientes pasos:

  1. La mujer bebe una solución que contiene 50 gramos de glucosa.
  2. Una hora después, se extrae una muestra de sangre para analizar la glucemia.
  3. Si el resultado es igual o superior a 140 mg/dl, se solicita una prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTGO, conocida comúnmente como “curva larga”) para confirmar el diagnóstico.

Este control es fundamental para detectar la enfermedad a tiempo y prevenir posibles complicaciones. Si finalmente se diagnostica diabetes gestacional, tu ginecólogo deberá  elaborar un plan de seguimiento adaptado a tu caso.

En Clínica Espinosa, nuestro equipo de obstetras está especializado en control prenatal. Si te encuentras en el segundo trimestre o presentas factores de riesgo, solicita una cita con nuestros especialistas para realizar la prueba de glucemia en el embarazo y garantizar un control seguro y profesional de tu salud y la de tu bebé.

Consecuencias y riesgos de la diabetes gestacional

Controlar la diabetes gestacional es fundamental para proteger tanto la salud de la madre como la del bebé. Cuando no se trata adecuadamente, puede generar ciertas complicaciones, aunque la mayoría se previenen con un seguimiento adecuado.

Los riesgos más frecuentes en la madre incluyen:

  • Mayor probabilidad de preeclampsia (presión arterial alta).
  • Exceso de líquido amniótico o polihidramnios.
  • Mayor probabilidad de parto por cesárea debido al tamaño fetal elevado.
  • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (diabetes del adulto) en el futuro.

Por su parte, la diabetes gestacional no tratada o mal controlada pueden conllevar los siguientes riesgos para el bebé:

  • Macrosomía fetal: el bebé puede crecer más de lo habitual debido al exceso de glucosa, aumentando el riesgo de parto complicado o cesárea.
  • Hipoglucemia neonatal: tras el nacimiento, el bebé puede tener niveles bajos de azúcar en sangre, ya que su páncreas sigue produciendo más insulina de lo necesario.
  • Problemas respiratorios: algunos recién nacidos pueden presentar dificultad para respirar (síndrome de dificultad respiratoria).
  • Ictericia neonatal: color amarillento de la piel por inmadurez hepática.
  • Mayor riesgo de obesidad y de desarrollar diabetes tipo 2 en la vida adulta.

Afortunadamente, la mayoría de estos riesgos se pueden prevenir con un control adecuado de los niveles de glucosa y un seguimiento médico regular.

Diabetes gestacional: tratamiento

El tratamiento de la diabetes gestacional tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa dentro de valores normales. En la mayoría de los casos, el control se logra con una alimentación equilibrada, ejercicio físico moderado y seguimiento médico regular.

Diabetes gestacional: guía práctica

Dieta para la diabetes gestacional

La alimentación juega un papel esencial. Una dieta para la diabetes gestacional debe ser personalizada por un profesional, pero en general se recomienda:

  • Priorizar hidratos de carbono complejos (integrales, legumbres, verduras).
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas.
  • Incluir proteínas magras (pollo, pescado, huevos).
  • Evitar azúcares refinados y bebidas azucaradas.
  • Comer en porciones pequeñas y frecuentes (5–6 veces al día).
  • Mantener una hidratación adecuada.

El equipo de especialistas de Clínica Espinosa te ayudará a diseñar un plan adaptado a tus gustos, necesidades energéticas y etapa del embarazo.

Controles glucémicos para la diabetes gestacional

Además de una alimentación adecuada las pacientes con diabetes gestacional deben realizar controles glucémicos diarios antes y después de comer, para adjuntar a su seguimiento de embarazo cuando acudan a consulta. De esta manera, el obstetra podrá detectar si con dieta y ejercicio físico es suficiente o si se precisa de un seguimiento más exhaustivo por endocrinología. 

Embarazo y diabetes gestacional: una oportunidad para cuidarte más

La diabetes gestacional puede generar preocupación, pero con una dieta equilibrada, actividad física adaptada y controles médicos periódicos, por lo general, tiene un buen pronóstico. Tras el parto, los niveles de glucosa generalmente vuelven a la normalidad, aunque se recomienda realizar un nuevo test entre las 6 y 12 semanas posparto para confirmar la recuperación total.

En Clínica Espinosa contamos con un equipo especializado en obstetricia que te acompañará paso a paso para garantizar un embarazo saludable y seguro. Si estás embarazada o planificas un embarazo, solicita una cita en nuestra clínica. La prevención, la información y el cuidado son las claves para vivir esta etapa con serenidad y confianza.

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